Blog bilingüe (catalán - Castellano) sobre mis aventuras, mis reflexiones y temas de actualidad, especialmente centrados en Oriente Medio y en la desinformación existente acerca de Israel.

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dimecres, 11 de maig del 2011

mi historia de amor y desamor con la izquierda -- La meva història d`amor i desamor amb l`esquerra.

Ayer dije que quedaba pendiente de publicación un texto acerca de mi historia de amor-desamor con la izquierda y lo prometido es deuda. Lo podéis leer a continuación.

En català: ahir vaig dir que quedava pendent de publicació un texte sobre la meva història d`amor-desamor amb l`esquerra i el podeu llegir a continuació en castellà.

LA HISTORIA DE UN DESAMOR.

Autor: Jaume B.

Difficile est longum subito deponere amorem (Cátulo).

Un largo amor es difícil de olvidar escribió el poeta Cátulo y esa sentencia lapidaria define bastante bien mi relación con la izquierda durante los últimos años. Vayamos por partes. Me crié en una familia de izquierdas y eso tenía que influirme de algún modo. De hecho, recuerdo que uno de mis tios tenía el retrato del Che Guevara en el salón de su casa y durante los años de mi infancia cada vez que iba a jugar a casa de mi primo me econtraba con la cara del Che, un personaje familiar pues para mi desde mi tierna infancia...

Por esa época, los ochenta, España era evidentemente un país de izquierda. Felipe González y el PSOE habían arrasado en las generales del 82 y el 86 y la derecha de AP (posteriormente, a finales de esa década, se rebautizaría como el PP), bajo la dirección del eterno Manuel Fraga Iribarne, todavía se veía muy vinculada a la derecha y a la extrema derecha de siempre post-franquista. El supuesto giro al centro no se daría hasta algunos años más tarde con Aznar y por tanto su imagen -al menos a mi me lo parecía- era bastante conservadora y antipática.

En mis años de adolescencia, en la década siguiente, sentí simpatía por el anarco-sindicalismo y me leí a Bakunin. También me leí el Manifiesto Comunista, el Capital (aunque no llegué a acabarlo) y una biografía del Che, que era uno de mis personajes favoritos. En realidad, aunque sentía simpatía por la revolución cubana, por el Che, por los grupos antiglobalización (entonces empezaban a ser noticia) o por los anarco-sindicalistas, siempre me consideré un socialdemócrata afín al PSOE. Y es que era fácil ser del PSOE cuando mandaba Aznar...

Se me olvidaba durante un breve período de tiempo en mi adolescencia también sentí simpatía por ERC y el independentismo catalán. De esa época de adolescencia adquirí uno de los grandes vicios de mucha gente de izquierda: ser acritícamente anti-estadounidense. Y ese sentimiento me llevaba a ser poco critico por ejemplo con la Cuba castrista o en unos incios con Hugo Chávez. Atención, era acríticamente anti-estadounidense pero por contradictorio que pueda parecer era pro-israelí. Tiene una explicación. Mi papi, como buen nacionalista catalán de izquierda y de la vieja escuela, simpatizaba con el sionismo y me habló desde pequeño del Holocausto, del Éxodo, de los Kibbutzim, de convertir el desierto en un jardín, de desecar pantanos combatiendo a la malaría, de la potencia agraria israelí y de como ese país había tenido que afrontar la terrible amenaza de los ejércitos árabes y del terrorismo durante décadas. Quizás mi padre veía al Sionismo como un referente para el nacionalismo catalán pero fuera como fuera sus explicaciones no cayeron en saco roto y era inequivocamente pro-israelí. Además, era un buen momento para ser pro-israelí porque durante la segunda mitad de los noventa existía la esperanza de que los acuerdos de Camp David y Oslo trajeran la paz entre israelíes y palestinos y la oleada de antisemitismo disfrazado de antisionismo que ha afectado a Europa durante los últimos años era mucho más reducida y menos visible.
Durante mis primeros años universitarios seguí por esos derroteros y recuerdo haberme manifestado contra la Guerra de Afganistán e Irak en Tarragona entre los años 2001 y 2003. Un año más tarde viví el 11-M en Granada junto a una amiga mía de Fuenlabrada y también el cambio electoral del 14-M y las primeras mobilizaciones de la derechona contra los matrimonios homosexuales o sus insufribles teorías conspirativas sobre el 11-M en medios como El Mundo, Libertad Digital, la COPE...

También tuve que aguantar las bromitas y los comentarios de mis amigos sobre el tema del estatuto catalán y eso me hizo mucha gracia porque en esos momentos si me vi como un hombre entre dos tierras o mejor dicho entre dos identidades en estado puro: en Catalunya para según quien yo era un "Xarnego" y en Granada era catalán y por tanto sospechoso de ser independentista o un Carod Rovira en potencia...
La constante reivindicación de Aznar, las teorías conspirativas del 11-M, la campaña de criminalización de los nacionalismos periféricos en el contexto del Plan Ibarretxe y de la reforma del Estatuto catalán no me hacían simpatizar con la derecha ni de coña pero también se despertó mi lado critico hacía la izquierda del PSOE: el Gal, Rumasa, unas políticas plenamente neoliberales en lugar de socialdemócratas, el escándalo de Luís Roldán... Empecé a analizar los trapos sucios del gobierno González y la postura de antisistema de salón de Zp (mientras que hacía unas políticas plenamente neoliberales) y me di cuenta de que el PSOE no era lo que yo había creído. Me sentí engañado y volví hacía los guiños a la extrema izquierda. Acudí a un 1 de Mayo y a varias charlas con un grupúsculo comunista de Granada en el que militaba un amigo mío, simpaticé en determinados momentos con Izquierda Unida-IC-Verds a la que llegué a votar en las elecciones a la Generalitat del 2006 pero no me ubicaba bien en ninguna corriente de izquierda hasta que al final se produjo la ruptura.

¿Qué la produjo? Que se cayera uno de mis últimos mitos acerca de la izquierda. Me explico: quizás por tradición familiar yo siempre había creído que la izquierda era antirracista y antifascista, pero nunca imaginé que también podía ser antisemita. Y fue precisamente eso, descubrir el antisemitismo existente en muchas corrientes de izquierda lo que me hizo tomar distancias. Vayamos por partes. Antes ya dije que era pro-israelí de jovencito pero cuando llegué a la Universidad me encontré con un ambiente más bien pro palestino y anti-israelí tanto en Granada como en Tarragona. Recuerdo que un amigo mio me dijo un día. "No entiendo por qué los judíos necesitan un estado. ¿Existe a caso un estado protestante o católico? Es una idea ilógica". Al final pensé: joder, no todo el mundo puede estar equivocado y quizás el que estaba equivocado era yo... Con unos conocimientos más bien reducidos del conflicto, las veces que salió el tema he de reconocer que me faltaron pelotas para decir, ey, eso no es cierto o dar más datos y argumentos para rebatir los dogmas acríticamente pro palestinos que escucaba. También debo reconocerlo influyó otro factor: la corrección política y es que desde el inicio de la II Intifada Palestina y especialmente desde el 2001-2002, coincidiendo un gobierno del Likud de Sharon, con la operación "defensive Shield" y la reclusión de Arafat en la Mukata de Ramallah, el conflicto se distorsionó en los medios europeos, el gobierno israelí fue abiertamente se demonizado y una nueva oleada de antisemitismo disfrazado de antisionismo recorrió (y recorre) nuevamente Europa, pero de todo eso yo entonces no estaba al tanto, me di cuenta algunos años después. En ese contexto, por no querer defender a Sharon y parecer un neocón, me callé y no supe darme cuenta de que en realidad muchos de los comentarios no eran simples criticas a Sharon sino que iban más allá, deslegitimando la existencia de Israel a existir. Eso sí, no tengo dudas de que de haber seguido callado o diciendo si a los dogmas acríticamente pro palestinos a la larga me habría convertido en un antisionista y posiblemente el siguiente paso hubiera sido convertirme en un tipo abiertamente antisemita a pesar de defender siempre la solución de dos estados, de no negar el derecho de Israel a existir y de leer a pacifistas israelíes como los de Shalom Ajshav (paz ahora) o a Uri Avneri de Gush Shalom (primero en Rebelión y cuando dejé de dar credibilidad a los contenidos de esa página por antisemitas en la propía página de Gush Shalom en inglés).

De hecho, hablando de Rebelión.org, he de añadir que la luz roja de alarma acerca del antisemitismo existente en muchas corrientes de izquierda se me encendió en el 2006 en el contexto de la Guerra entre Israel y la organización terrorista Hizbulah en el Libano precisamente cuando vi muestras de un claro antisemitismo imposible de disfrazar de "no es antisemitismo sólo antisionismo" en muchos medios de extrema izquierda y especialmente en esa web de "información alternativa" anteriormente citada. Uno de los artículos que me resultó más esclarecedor en ese sentido fue uno titulado "Goyim, Lee el Talmud", pues comprobé que esas citas del Talmud eran falsas y además estaban también disponibles en muchos foros y webs neonazis. 

A partir del momento en el que se confirmaron las sospechas que yo tenía ya desde hacía un tiempo de que en muchos casos esas supuestas criticas a Israel o esas ideas antisionistas escondían en realidad argumentaciones antisemitas, yo, de manera un tanto ingenúa, empecé a contárselo a mis amigos y conocidos y se produjeron diversas reacciones curiosas: algunos se mostraron escépticos al principio pero fue posible debatir; otros me acusaron de ser un sionista, un imperialista o un neocón, nos peleamos y así seguimos hasta el día de hoy; e incluso en los casos más extremos (pero afortunadamente minoritarios) ha habido gente que me ha dirigido comentarios o insultos abiertamente antisemitas, como el día que unos conocidos con palabras groseras y de malos modos me "invitaron" a dejar Granada e irme a estudiar a Israel si tanto me gustaba ese país.

En ese contexto, al empezar a debatir con amigos y conocidos sobre el conflicto entre israelíes y palestinos y sobre el antisemitismo existente pero nunca reconocido abiertamente en muchas corrientes de izquierda, fue cuando empecé a leer seriamente sobre el conflicto en mi tiempo libre, a estudiar hebreo primero con unas amigas mías israelíes en Granada y posteriormente en la Universidad y a tener unos mayores conocimientos del tema que posiblemente no tendría de no haberse dado esta situación excepcional. En ese contexto es también cuando hice autocrítica de mi cómodo y políticamente correcto dogmatismo anti-estadounidense y finalmente tras darle muchas vueltas durante casi medio año en Febrero del 2008 decidí abrir este blog para tratar estos y otros temas de interés.

17 comentaris:

Myriam ha dit...

Al igual que en el caso de mis gustos musicales, nunca he ligado antisemitismo y política. Ingenuamente creía que a estas alturas la discriminación era ya cosa de ''cavernícolas'' y del pasado.
Cuán equivocada descubrí que estaba hasta hace relativamente poco... y la de veces que, aun siendo lo más discreta posible e intentando no llamar demasiado la atención en estos temas, me han llamado ''judía'' o ''sionista'' de forma despectiva o me han hecho un lindo vacío (sin darme yo cuenta hasta bien tarde. En la inopia que estaba) y he tenido que aclarar que no, que no era judía por activa y por pasiva porque ''tenía cara de judía'' (¿ein?, todavía sigo sin vérmela).

PD: Por fortuna no siempre me han confundido como algo malo, también he escuchado algún ''oye, que si lo eres, que no pasa nada, ¿eh?'' (XD).

Ariel Kanievsky ha dit...

Lo mejor es cuando te dicen: ¿Eres judío? Pues no lo pareces.

Es clásico.

Traduttore Traditore ha dit...

Me gustó eso de que "me invitaron a irme a estudiar a Israel". Y tú, lejos de ofenderte, aceptaste gustoso la invitación.

Saludos

Myriam ha dit...

Ariel: El mundo está al revés, je je.

Traduttore traditore y Jaume: A ver si toman nota muchos para el caso de Cuba, pero para vivir como un cubano, ¿eh?.

Jaume ha dit...

Myriam, lo que me cuentas me es totalmente familiar. En un principio yo -iluso de mi- pensaba que era imposible que la izquierda fuese antisemita y pensaba que el antisemitismo era sólo cosa de la extrema derecha. Por eso, en unos inicios, acepté pulpo por animal de compañía, es decir que me creí eso de no es antisemitismo, sólo es antisionismo, aunque algunas de las cosas que leí o comentarios que escuché me parecían abiertamente antisemitas.

Por otro lado, entiendo perfectamente lo que dices del vacío y del supuesto aspecto judío porque también me ha pasado en ocasiones. Cuando me harté de aclaraciones y vi que de nada servia, adopté una postura más radical: me compré un colgante con un Maguen David, una chapita con el escudo de Jerusalén y la inscripción de Yerushalaim en hebreo y otra chapita con un "Jai" y las llevaba siempre visibles e iba con ellas a la facultad, a tomarme cervezas o a donde fuera. Alguna de mis amigas israelíes e incluso una profe de hebreo me dijeron que tuviera cuidado con llevar esos simbolos judíos de manera tan visible pero yo les agradecí el consejo y seguí llevándolos. De hecho, ahora mismo llevo un anillo con varias maguen David que me compré en Cesárea este verano :D

Traduttore, eso mismo pensé yo cuando me enteré de que me habían dado la beca para participar en el curso intensivo de hebreo en el Ulpán :D

Ariel, a estas alturas no me sorprende nada. Imagino que habrá gente que pensará que los judíos son como las típicas caricaturas de la prensa antisemita, todos con narices aguileñas, peot, barba y vestido de haredí. Sin comentarios...

Myriam ha dit...

Jaume, yo por el contrario me achanté e hice caso de un amigo judío que aconsejó lo mismo.

Tengo un pequeño colgante de plata de seis puntas desde la preadolescencia al que le tengo mucho cariño, pero que poco he usado (en la facultad, nunca).
De todos modos, dudé acerca de si era una falta de respeto llevar un símbolo que realmente no me pertenece, para luego pensar, ''bueno, si alguien se ofende siempre puedo recurrir a aquello de que también es un símbolo cristiano y aunque sea atea, es la cultura que me rodea'' (cogido con pinzas, lo sé).

El tiro me salió por la culata mientras vivía durante un tiempo en un pueblo cerca de Granada antes de terminar el instituto:
Un día cambié de colgante y me saltaron con ''¿¡eso qué es!?, ¿apoyas a los gitanos?, ¡en este pueblo no los queremos, lo saben y por eso apenas hay!'' (y eso que no es grande y de oro).

En otra ocasión me preguntaron: ''¿eres cristiana?'' (?).

En fin, estaba en Granada y fue entonces cuando me enteré de la relación entre ese símbolo y la cofradía de ''El Cristo de los Gitanos'' (y de paso conocí La Abadía y los falsos Libros Plúmbeos).

Conclusión: en la facultad han conseguido algo raro en mí, que me acobarde a la hora de llevar un determinado símbolo el cual no contradice ninguna norma establecida, pero poco a poco (y fuera de la facultad) voy llevando la Estrella de David más a menudo.

PD: Ahora voy a tener una salida un tanto prepotente añadiendo que creo que me sienta muy bien.

Jaume ha dit...

Myriam, jejeje, en mi último año de licenciatura realicé una asignatura de libre elección, la historia de la Granada Islámica, y hice un trabajo acerca de los libros Plúmbeos :D

Ahora mismo no llevo ni el colgante ni nada, sólo el anillo. Se me rompió el enganche del colgante con el Maguen David hace ya tiempo y unos días antes de irme a Israel me quité las dos chapitas de la mochila donde solía llevarlas últimamente.

Pienso que mis amigas tenían razón con su consejo aunque no hice ningún caso. El "Jai" lo llevé especialmente durante la operación plomo fundido de hace dos años todos los días en la chaqueta o en la mochila porque me daba rabia ver tantas pintadas antisemitas en los campus de Cartuja o Fuentenueva e incluso en las calles de la ciudad. Durante un tiempo hice fotos de las pintadas con la cámara de mi movil y las
denuncié ante el vicerrectorado de estudiantes e incluso le escribí al rector. Tb subí las fotos a mi blog... Me resultaba desagradable e incomprensible ver un Maguen David igualado a una esvástica en la entrada del comedor universitario de la residencia Carlos V o en otras pintadas repartidas por la ciudad de Granada. Me hervía la sangre pero reconozco que podría haberme llevado un buen disgusto...

Jaume ha dit...

PD. En el texto escribí que fue en ese contexto de debate con mis amigos cuando empecé a estudiar hebreo moderno con una chica israelí y a leer más sobre el conflicto. Es cierto, pero el hecho de empezar con el hebreo no está relacionado con esos debates ni con el conflicto entre israelíes y palestinos. Me explico: unos meses antes me había comprado un sefer Torah en hebreo y español. Generalmente lo leía en castellano pero me hacía gracia leerlo en hebreo. Me compré un libro de gramática de hebreo bíblico e intenté aprender de manera autodidacta pero fue un desastre... :S. Yo tenía un amigo que se relacionaba con muchos estadounidenses y extranjeros porque iba regularmente a intercambios de inglés-español y un día le dije: si conoces a alguien que pueda darme clases de hebreo avísame. Un día pasó por mi cuarto de la residencia y me dejó el teléfono de una chica israelí y me dijo, ella da clases de inglés y hebreo, llámala y a ver que te dice. La llamé y finalmente en lugar de dar clases de hebreo bíblico empecé con el hebreo moderno.

Myriam ha dit...

¿Podrías pasar en enlace de la entrada que hiciste sobre lo que cuentas y ver las fotos?.

A. ha dit...

Interesante. Todo el mundo pasa por amores y desamores en cuestiones políticas, y lo que se va aprendiendo a lo largo de los años va modulando nuestra percepción. Habitual y sano: si no cambias nada con la experiencia, es que eres impermeable.

A mi me han llamado antisemita por defender a los veteranos de Breaking the Silence, y les tuve que recordar que muchas veces esos veteranos eran voluntarios que se han jugado la vida por Israel y tienen derecho a hablar.

A mi me han llamado antisemita por preguntar por qué los judíos necesitan un estado; hay razones que pueden explicarlo, y deben darse; no puede responderse automáticamente con una ofensa.

A mi me han llamado antisemita por decir que es imposible que Israel lo haya hecho todo bien y los palestinos, todo mal.

Y me han llamado lo contrario por decir que Hamás son terroristas, que cada semana tiran cohetes, que el tío de Arafat se hacía fotos con los nazis, que a Mer Khamis se lo cargaron sus propios “amigos” por mezclar chicos y chicas en el escenario, que Víctor Arrigoni también murió a manos de sus "amigos" pq era un infiel que bebía y fumaba.

Lo de Ariel me ha hecho gracia. A mi más de una vez me han dicho “¿Eres catalán? Pues no lo pareces”. Lo que significa que lo común a ese comentario es la ignorancia, no la judeofobia o catalanofobia.

El pareado de Myriam me lo anoto porque me ha gustado “aunque sea atea, es la cultura que me rodea". Por lo que respecta a la estrella de David, éste fue un rey para los judíos y cristianos, pero un profeta para los musulmanes. Para Israel Finkelstein, fue un reyecito menor, creo. Y efectivamente, en el Monasterio de S. Jerónimo de Granada está omnipresente; por cierto, allí me enseñaron unos manuscritos que decían estaban en arameo, y les contesté que con toda seguridad esas letras eran hebreas, que las podía leer, pero seguían diciendo que era arameo.

Lo del Ché y Cuba y la kufiya etc. creo que tiene que ver con una épica revolucionaria contestataria que encaja bien con la adolescencia. Pero no nos engañemos: la salvaje tiranía de Batista llevaba lógicamente a una revolución, tarde o temprano; lo malo es que se enquistase Fidel luego en el poder. Con China o Rusia paso algo parecido con la revolución comunista; en China concretamente, era un terreno abonado que llavaban años gestando: alrededor de 1920, los campesinos habían avanzado al Estado los impuestos del año 2000. Es todo muy complejo, no podemos juzgar a USA sólo por librarnos de Hitler o sólo por las barbaridades cometidas en Vietnam. La diplomacia parece a veces el arte de gestionar la incoherencia.

A.

Jaume ha dit...

Myriam, te paso las dos entradas del blog con algunas de las fotos hice en Enero-Febrero del 2009:

http://jaume-al-sud.blogspot.com/2009/02/judeofobia-e-israelofobia-en-granada-ii.html

http://jaume-al-sud.blogspot.com/2009/02/judeofobia-e-israelofobia-en-granada.html

Jaume ha dit...

No entiendo nada... desde el colapso de ayer de blogger han desaparecido los comentarios de esta entrada y mi última entrada del blog de ayer. Lo siento. Disculpas.

A. ha dit...

De los ocmentarios, recuerdo el divertido pareado de Myriam algo así como "soy atea pero es la cultura que me rodea."

A.

Ruben ha dit...

Interesante. Lástima que la enorme mayoría no se toma tanto trabajo en informarse y estudiar para pocisionarse.

Jaume ha dit...

Amic A.: Oriana Fallacci expresaba la misma idea con la siguiente expresión: atea de cultura cristiana jeje.

Ruben-RTB612: pienso que era lo adecuado. Si mis amigos me preguntaban sobre el conflicto (confiando en mis dotes de historiador) creo que debía informarme lo mejor posible porque sino hubiese divulgado dogmas en lugar datos históricos. Sólo lamento no haberme metido un poco antes con el tema pero también me ocupaba de mis queridos bizantinos en la tesis doctoral jeje. De las charlas con los pro palestinos sobre el conflicto me quedo con algunos detallitos:

1) por más datos históricos que des sobre el conflicto en la mayoría de los casos no sirve para nada porque muchos se basan en eslóganes y nos lo van a cambiar por más datos que le des. Generalmente, suelen repetirlos una y otra vez y cuando ya no saben que contestar te sueltan algún comentario en plan graciosillo. Recuerdo una vez que hablando con un compañero de clase de un amigo de la residencia, éste al final me dijo: ¿por qué no construistéis vuestro estado en Hollywood desde donde distribuís vuestra propaganda?

2) en otros casos para liquidar el debate (o la tentativa de debate) pasan en muchos casos a la descalificación. Una de las más usuales es acusarme de islamofóbia. Así todo cuadra. Ellos son humanistas, defensores de los derechos de los pueblos oprimidos y yo soy el malvado imperialista-sionista y además racista.

3)generalmente los hooligans pro palestinos suelen decir que sionismo y judaísmo no es lo mismo y que por tanto ellos no son antisemitas. Sin embargo, en muchas ocasiones, esos mismos tios que me decían esa cantinela me han etiquetado de "sionista" y en ocasiones me han dirigido en sus "argumentos" comentarios con un claro transfondo antisemita. Por tanto, por más que lo nieguen existe un vínculo entre el pueblo judío y el sionismo y entre la judeofóbia y las tesis antisionistas. Saludos!

David ha dit...

A mi me ocurrió algo similar, en lo tocante a mi relación con lo que se considera hoy en día la izquierda y la extrema izquierda. Aunque me sigo considerando como tal, siento un total desapego por toda la izquierda organizada, sobre todo la española, por muchos motivos, y uno de los mas importantes es el tema de Israel. De adolescente, en los 90, era alguien que afirmaba ser muy de izquierdas, y de izquierda radical en muchos aspectos, pero siempre sentí simpatía por Israel y por el pueblo judío. Desde niño me fascinó la historia de los hebreos y su cultura, y como habían conseguido resistir y alzar la cabeza luego de muchos golpes. Cuando me codeaba con personas que eran muy de izquierdas y soltaban la frase manida de "están haciendo ahora lo mismo que les hicieron a ellos", me callaba y agachaba la cabeza, porque parecía que era un argumento sólido y una gran verdad irrebatible (la falta de información de entonces y las pocas oportunidades de acceder a otras fuentes de información ayudaba en ello) y no me atrevía a llevar la contraria porque no sabía que decir. Pero en el fondo siempre encontraba que había algo intrínsecamente falso o manipulado o podrido o erroneo o lo que sea en esa afirmación, como en tantas otras. Tenía esa comezón de que había algo que me perdía. Fue tiempo después, cuando empecé a leer a otros razonamientos y cuando se empezó a poder acceder a otros datos y otras narraciones de hechos, cuando caí en lo perverso de ese y de otros eslóganes antisemitas. Me alejé de la extrema izquierda, mas por falta de interés en ello al concentrarme en otros temas (en realidad, me alejé un poco de la política como principal motivo de discusión) y por perder el contacto con la gente con la que antes me veía con mas frecuencia (trabajo, estudios, las dos cosas a la vez o ninguna...) que por otra cosa. Pero a medida que iba leyendo me di cuenta de la sarta de imbecilidades y las barbaridades que podían leerse en algunos escritos de extrema izquierda y de izquierda no tan extrema y desarrollé ya por entonces, hará 6 u 8 años, no se, no recuerdo bien, ya un pensamiento propio y muy crítico con respecto a la izquierda, y mas con el tema de Israel. Ahora dispongo de algunos argumentos y algunos datos que puedo ofrece como réplica, al contrario que hace 15 o 20 años, ahora, por fortuna, tenemos un mayor acceso a información sobre este tema, gracias a internet principalmente, gracias a algunos libros que se van publicando poco a poco, y gracias también a gente que conocí en el foro de Yahoo Respuestas que eran judíos y que algunos de ellos viven en Israel, por lo que ahora puedo decir que se de lo que hablo y que se lo que de perverso tiene el razonamiento que antes me esgrimían, y que no es mas que un eslogan, no es ni ideología, es una proclama pancartera, nada mas, que solo sirve para agitar sentimientos primarios, nada mas.

Jaume ha dit...

David, entiendo perfectamente tu punto de vista porque me ocurrió algo parecido. Como ya dije en el texto, durante mi adolescencia era pro-israelí y al llegar a la uni me encontré un ambiente mayormente pro palestino y anti-israelí. Yo, hacía el 2000-01, conocía los datos básicos del conflicto y muchas veces no sabía que responder a los dogmas pro palestinos. A partir del 2002, Ariel Sharon y el gobierno israelí del Likud se convirtió junto a Bush en la bestia negra de la izquierda española y eso me llevó a un error de principiante: aceptar pulpo como animal de compañía, es decir, dar por buenas la demonización de Israel pensando que eran simples criticas al gobierno de Sharon - aunque en el fondo muchas veces notaba que esas criticas eran desmesuradas-. Esa sensación la tuve a partir de la desconexión de Gaza en Agosto del 2005. Se presentaba a Sharón como un fascista sanguinario y partidario del gran Israel pero ese "fascista sanguinario" desalojaba Gaza y desmontaba los asentamientos de Gush Katif.
Tuve que esperar todavía un año más para "salir del armario". Fue en el 2006 a partir de las muestras antisemitas que pude leer en Rebelión.org, Webislam, socialismo o barbarie, Insurgente, Aporrea y otras webs que frecuentaba, cuando dije basta. O te plantas ante el antisemitismo o te acabarás convirtiendo en un antisemita a medio-largo plazo. Y eso hice. Al hablar con gente de izaquierda, con amigos, con conocidos, empecé a denunciar la judeofobia existente en muchas corrientes de izquierda y ahí sigo jeje. Saludos!

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