Hace ya algún tiempo que sigo el blog de Lluís Bassets, el director adjunto del País, en ese mismo periódico. Pues bien, en sus últimas entradas he notado su preocupación por el fracaso de la cumbre Euromediterránea de Barcelona y hoy vuelve sobre el tema al afirmar:
En lo que se refiere a España, la suspensión de la cumbre Euromediterránea, que debía celebrarse en Julio, entre otras razones por la insistencia del ministro de exteriores, Avigdor Lieberman, en viajar a Barcelona, sabiendo que su presencia, considerada indeseable por la mayoría de los socios árabes, bastaba para impedir que asistiera el Copresidente de la Unión por el Mediterráneo, Hosni Mubarak, al que en su día mandó al diablo.
Maravilloso, ¿verdad? La culpa del racismo de los dirigentes árabes, incapaces de reunirse cara a cara con sus colegas israelíes para negociar un tratado de paz o los acuerdos de una cumbre euromediterránea es de la propia víctima de ese racismo, es decir, del ministros de exteriores israelí Avigdor Lieberman. Veamos algún dato que L. Bassets olvida. Tras la guerra de los Seis Dias en Junio de 1967, el presidente del gobierno israelí, el laborista Levi Eshkol ofreció la devolución de los territorios ocupados por su país en ese conflicto a cambio de la firma de un tratado de paz global con el mundo árabe. La respuesta de la Liga Árabe a esa iniciativa de paz llegó a finales de ese mismo verano, con la cumbre de dicho organismo en Khartum, y su respuesta fue no. No a la paz con Israel; no al reconocimiento internacional de Israel y no a las relaciones comerciales y económicas con Israel. Precisamente, Anwar el Sadat, el primer presidente árabe que se atrevió a romper esas reglas, fue asesinado en 1981 por los hermanos musulmanes. Desde entonces, a pesar de haber cambiado su discurso al menos teóricamente, la Liga Árabe sigue con el mismo objetivo de fondo: la criminalización y el aislamiento internacional de Israel, y utilizan cualquier pretexto para evitar reunirse con sus colegas israelíes: antes era el radicalismo de Shamir, Netanyahu o Sharón, ahora es el "racismo" de Lieberman y luego, en el futuro, quien sabe... Sin embargo, siempre habrá periodistas europeos - como Lluís Bassets - que justificarán el racismo de los dirigentes árabes culpando del mismo a sus víctimas, los dirigentes israelíes de turno.
Resum en català: ja fà un temps que segueixo el blog de Lluís Bassets, el director adjunt del País, en aquest mateix diari i de fet en les seves darreres entrades l´autor ha mostrat la seva preocupació pel fracàs de la cimera euromediterrània que s´havia de celebrar a Barcelona al mes vinent. Doncs bé, a la seva darrera entrada no dubta a culpar del racisme dels dirigents àrabs que han boicotejat la cimera a la seva víctima, es a dir, Avigdor Lieberman, el ministre d´afers exteriors israelians totalment demonitzat a Europa. Que bonic, oi? culpar del racisme dels dirigents àrabs, incapaços de negociar un tractat de pau seriós amb Israel tret d´excepcions notables com Anwar el Saddat o Hussein de Jordània, a la seva propia víctima, al dirigent israelià de torn, en aquest cas el "fanàtic" i "racista", Avigdor Lieberman.
Bé, potser el que L. Bassets no sap és que els dirigents àrabs han tractat d´aïllar internacionalment a Israel i històricament s´han negat a firmar qualsevol tipus de tractat de pau que signifiqui un reconeixement real d´Israel. Un clar exemple el tenim amb els tres no de la cimera de la Lliga Árab a Khartum com a resposta a la oferta de pau per territoris presentada pel president del govern israelià, Levi Eshkol, poc temps després de la Guerra dels Sis Dies. Tot i que els dirigents àrabs i palestins han canviat la seva retòrica en els darrers anys, els seus objectius de fons continuen sent els mateixos: l´aïllament internacional d´Israel i la seva destrucció per etapes, però sempre hi hauran rucs útils europeus que desde els seus diaris arribin a justificar fins i tot el seu racisme. Patètic.
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