Iconodulia: latría o idolatría...

El pasado jueves por la noche, recién llegado de Granada, tras once horas de viaje en Tren, y para acompañar a mi padre, estuve viendo una procesión de Semana Santa y acabé terriblemente decepcionado y cabizbajo, incluso no ví el final de la procesión porque preferí mantener mis ojos cerrados. Mis lectores se preguntarán el por qué, pues la respuesta es sencilla: me desagrada muchísimo la excesiva pomposidad y el culto a las imágenes (Iconodulia) que es típico en estas procesiones o en cualquier festividad del Cristianismo católico.

Ese pomposo culto a la virgen, a los santos y a las imágenes está totalmente en las antípodas de mi concepto de latría o culto a la divinidad. Yo siempre he creído en un Dios único, eterno y creador, cuya existencia escapa a nuestro conocimiento y obviamente cualquier tipo de representación de la divinidad o de antropomorfismo para mi es pura idolatría. Ok, no se asusten mis lectores, soy creyente en Dios pero nunca he sido muy practicante, respeto esas festividades y no quiero imponer nada a nadie pero cuando veo esas procesiones me dan una grima terrible.

Voy a intentar precisar más: si suponemos que existe un ser creador, único, eterno, infinito e invariable pues nisiquiera se nos puede pasar por la cabeza representarlo, pues no podemos conocerlo; y además, cualquier representación que hagamos de Él no será de ese ser, sino de la idea que un hombre o una convención crea de Él. Imáginemos que Jesús es Dios. Aunque desde mi punto de vista no sea así, imaginemoslo por un momento. Tampoco sabemos con exactitud como era, pues la representación tradicional de Jesús - el famoso Cristo siríaco - es una convención que se crea en la tardía antigüedad. Por tanto, esas imagenes no son una forma de latría, sino de idolatría.

Sé que la visión oficial del catolicismo es que la representación de Jesús no es idolatría, sino latría porque se rinde culto a lo que la imagen representa, no a la imagen en sí. Pero esa excusa facilona, adoptada en el VII Concilio de Nicea (787 de la era común), se cae por su propío peso. Sí, sí, no miento. Sino mirad lo que ocurre cuando una imagen se rompe... lloros, exclamaciones de disgusto, creencias de que eso acarreará una desgracia... y se supone que no se le rinde culto a las imágenes sino a lo que representan... ¡Ja!.

Desde mi adolescencia estoy totalmente desengañado con el Cristianismo. No me gusta su teología porque atenta contra la unicidad de la divinidad y además le da rasgos antropomórficos. Pero de todos los cristianismos el que menos me gusta es el católico debido a su iconodulia, a su jerarquía eclesiástica, a su paganismo encubierto con el culto de la virgen, los santos...

Otro día hablaré de la decepción que me supuso el mensaje cristiano desde el punto de vista de la igualdad y la justícia social, pero eso lo dejamos para otra ocasión. Hoy me planto con haber esbozado el tema de la idolatría.

En català: el passat Dijous vaig estar en una professó de Setmana Santa i vaig acabar totalment decebut, fins i tot no vaig voler mirar el final i vaig romandre amb els ulls tancats.

Crec que el Cristianisme - i especialment el catòlic - cau en idolatría amb el culte a les imatges de suposadament Jesús, la verge o els sants... Sé que oficialment l´església catòlica defensa que el culte a les imatges és una forma de latría - culte a la divinitat - perque no es rendeix culte a la imatge sino al que representa. Pero això només és una excusa. Vegeu quan un pas de setmana santa no pot sortir per la pluja o quan es xafa una imatge. Tot són plors, lamentacions e inclús la creença de que això acabará portant mala sort... perque després diguin que no rendeixen culte a les imatges... ja!.

Desde la meva adolescència estic desenganyat amb el Cristianisme i no m´agrada la seva teología. No puc entendre la seva iconodulia i el seu paganisme encobert amb el culte a la trinitat, les verges Maríes de torn o als sants. Ja fà masses anys que no em reconec com a cristià ni ho penso ser mai de la vida. Jamais de la vie...

Un altre dia us parlaré de la decepció que em va causar el seu missatge en quant a tolerància, igualtat i justícia social, però això serà en una altra ocasió. Avui em planto amb la idolatría.