Los pecados del Papa

Estimados lectores:

Hace casi un mes y medio, Benedicto XVI amplió la lista de pecados reconocidos por la iglesia católica, entre los debutantes estaban: el consumo de drogas, dañar el medio ambiente, la acumulación excesiva de riqueza o el hacer experimentos genéticos dudosos.

Si he de ser sincero pues para mi son palabras vacías. Voy a exponer brevemente porque. Veamos, lo de la acumulación de riqueza me suena a chiste viniendo del Papa y de la iglesia católica - la primera gran multinacional de la historia- con grandes riquezas en todo el mundo... ¿Os suena el Banco Ambrosiano y determinados líos de corrupción que tuvo por los años 70 y 80?, pues lo dicho. Que una de las personas más ricas del planeta critique la acumulación de riqueza pues suena a chiste. Lo siento pero lo veo así.

Los otros nuevos pecados pues pura imagen para intentar acercarse a los jóvenes católicos con inquietudes. No se debe olvidar que la iglesia católica está perdiendo feligreses en países que siempre han sido tradicionalmente católicos como la misma España o los de America Latina. El laicismo, el Cristianismo evangélico u otros cultos no cristianos como el Islam o el budismo le están comiendo terreno en su propia casa y, ante esta situación, el Papa ha optado por esta imagen propagandística de acercamiento a los jóvenes católicos.

Son palabras vacías porque la jerarquía eclesiástica nunca ha defendido valores progresistas y de acercamiento al pueblo y a los intereses de los menos favorecidos, a excepciones de momentos muy puntuales como fue el pontificado de Juan XXIII y su política de "Aggiornamento". Otra cosa son los misioneros, las organizaciones católicas de ayuda a la comunidad y los sacerdotes de barrio, con una misión pastoral y social notable. Ahí no me meto. Me refiero única y exclusivamente a la jerarquía eclesiástica.

Esta política de puesta al día y de acercamiento del Catolicismo a las inquietudes y necesidades de los fieles, impulsada por Juan XXIII y su Concilio Vaticano II, está siendo amenazada por la postura reaccionaria del actual Pontífice, deseoso de dar marcha atrás y volver en algunos aspectos a la época del Concilio de Trento y de la contrarreforma. A los datos me remito: recientemente ha resucitado una vieja oración antisemita, impulsada en dicho concilio, en la que se pide la conversión al Cristianismo de los judíos, y ha vuelto a impulsar las misas del Catolicismo tradicional con la excusa de acabar con el cisma de los seguidores de M. Lefevre. Así, se vuelve a las misas en latín y con el sacerdote oficiando de espaldas al pueblo, es decir se produce un alejamiento de la gente de la calle. ¿Quién entiende una misa en latín?. Sin comentarios... Y eso por no mencionar su discurso poco acertado en Ratisbona de hace casi un par de años. Con estas posturas poco conciliadoras ha perjudicado el diálogo interreligioso, que fue una de las apuestas del Vaticano II.

Su objetivo no es destruir la obra del Vaticano II pero si minarla y vaciarla de contenido para anularla de facto aunque en teoría siga vigente.

En resumen, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Todo lo que este Papa pueda decir acerca criticar la riqueza, a favor de la igualdad o de la tolerancia es pura imagen, pura fachada, pues, al contrario que Juan XXIII o Juan Pablo I, que vieron una necesidad de acercamiento al pueblo y de puesta al día de un Catolicismo anclado todavía en el siglo XIX, su pontificado se está caracterizando por la defensa de las ideas más reaccionarias y conservadoras del Cristianismo Católico. No es algo que me sorprenda pues fue fiel discipulo del mediático pero también hiper conservador Juan Pablo II, que con un cacao mental considerable se opuso al uso de anticonceptivos en África, supuestamente en defensa de la vida. Quizás ese Pontífice no sepa que los condones sirven para salvar vidas porque son un medio eficaz para evitar las enfermedades de transimisión sexual y el virus del SIDA, una auténtica lacra en ese continente. En fin... si siguen por este camino que luego no protesten por el auge del laicismo o por el crecimiento de otros cultos en países que tradicionalmente son católicos. El que siembra vientos, recoje tempestades.

En català: recentment, Benedicte XVI, el Pontífex de l´església católica, ha viatjat a Estats Units i la seva visita ha provocat una forta expectació. Entre els mitjans católics s´exalta la seva figura i es vol presentar al nou pontífex com un home compromés amb la pau, el diàleg interreligiós i la crítica de la riquesa. En aquest sentit, fà un mes i mig, el Papa Catòlic va crear nous pecats per als cristians practicants, com per exemple l´acumulació de riquesa, el consum de drogues, maltractar el medi ambient o fer experiments genètics dubtosos. Aquest "Aggiornamento" es una simple maniobra de populisme perquè la línea del pontificat de Benet XVI és molt conservadora i crec que preten minar la política d´Aggiornamento impulsada per Joan XXIII i el Vaticà II. No és que vulgui eliminar-lo, però si buidar-lo de contingut i retornar en alguns aspectes a la època de Trento i de la contrarreforma.

Per exemple ha ressuscitat una antiga oració antisemita que demana la conversió del jueus, va mostrar poc talant amb l´Islam amb el seu discurs a Ratisbona de fà un parell d´anys, ha criticat qualsevol postura progressista sorgida dins de l´esglèsia i ha tornat a impulsar les misses en llatí i amb el sacerdot d´esquenes al poble. El seu pontificat, al igual que el del mediàtic Juan Pau II, és hiperconservador i qualsevol mesura de critica a la riquesa o en defensa de la igualtat és una pura maniobra de distracció i pura imatge.