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dimarts, 24 de maig del 2011

las raices judeo-cristianas o la historia esquizofrénica de Europa -- Les arrels judeo-cristianes o la història esquizofrènica d`Europa.

Mis reflexiones sobre el tema de la llamada raíces judeo-cristianas de Europa a raíz de haber visto ese concepto mencionado en un blog. -- Les meves reflexions sobre les anomenades arrels judeo-cristianes d`Europa o d`Occident arrel d`haver vist aquesta menció en un blog.



Las raíces judeo-cristianas de Europa o la historia esquizofrénica de Europa.


Esta mañana, leyendo sobre la debacle del PSOE en las últimas elecciones municipales, me he topado con este blog y me ha llamado poderosamente la atención una imagen que aparece en su margen derecho de un crucifijo que va acompañada del siguiente texto: 

El Crucifijo pertenece al acervo cultural de Europa, a las raices judeo-cristianas que conforman la base y la esencia de la civilización occidental.

Obviamente, el objetivo de la administradora del blog es defender la presencia de los crucifijos en la escuela pública y en ese sentido yo, como defensor de un estado laico, discrepo pues  comprendo perfectamente que los estudiantes lleven colgantes con crucifijos, hiyab o kippot, pero pienso que el centro académico, que pertenece a todos los estudiantes, no puede hacer ninguna ostentación de simbología religiosa y debe mantenerse neutro en ese aspecto. Pero este no es el tema que quería tratar. En el texto dice que "el crucifijo pertenece al acervo cultural de Europa y a las raíces judeo-cristianas que conforman la base y la esencia de la civilización occidental" y no estoy de acuerdo con esta afirmación porque pienso que el crucifijo pertenece única y exclusivamente a la cultura cristiana y es un símbolo totalmente ajeno al Judaísmo y a la cultura Judía. Por otra parte, la civilización occidental - y muy especialmente la europea- tienen un problema que roza la esquizofrenia, es decir, por una parte no pueden entenderse sin su componente judío (las aportaciones del pueblo judío a la cultura occidental son numerosísimas y en gran variedad de campos) pero por otra parte esa civilización occidental siempre se ha manifestado contra lo judío, hasta el punto de convertir a la judeofobia en uno de sus principales puntales ideológicos. Para comprender mejor esta dualidad es importante realizar un breve recorrido histórico:


El Cristianismo, aunque nace en unos inicios como un grupo dentro del Judaísmo, tiene sus raíces en la cultura pagana grecorromana y desde una época muy temprana hasta épocas muy recientes ha mantenido posturas abiertamente judeofóbas y de demonización del pueblo judío. En efecto,  Jesús y sus primeros seguidores eran judíos y eran devotos cumplidores de los preceptos o  "Mitzvot" de la religión judía. De hecho, en el Evangelio de Mateo se puede leer que Jesús dijo que él no venía a anular la ley de Moisés porque yo os aseguro en verdad: antes pasarán el cielo y la tierra que se derogue un punto o una coma de la ley, sin que todo se verifique (Mt 5, 17-18).

Por tanto podemos afirmar que en sus inicios la comunidad cristiana o el grupo de seguidores de Jesús eran un grupo dentro del Judaísmo, al igual que los zelotes, los fariseos o los seduceos. Este punto de vista era el mayoritario en las comunidades cristianas de la Tierra de Israel y su núcleo principal de seguidores se encontraba en la comunidad de Jerusalén. Sin embargo, la naciente comunidad cristiana no era homogénea y en Antioquía, bajo el liderazgo de Saulo de Tarso, un judío helenizado y posiblemente seguidor de las enseñanazas de Filón de Alejandría, surgió una importante comunidad cristiana defensora de una ruptura con el Judaísmo y partidaria de predicar la "Buena Nueva" de Jesús a los gentiles directamente sin la necesidad de que éstos se convirtieran al Judaísmo. Según relatan los Hechos de los Apóstoles (Hch 15, 1-35), esas dos visiones opuestas y representadas por las comunidades de Jerusalén y Antioquía se enfrentaron en el llamado Concilio de Jerusalén (alrededor al 55 de la EC) y la teoría rupturista de la comunidad antioquena resultó vencedora.

Acontecimientos históricos como las victorias romanas en las rebeliones judías del 66-70 y del 132-135 de la EC o la extensión de las comunidades cristianas y judías por todo el arco mediterráneo, el "Mare Nostrum" debido a la predicación en el caso de las primeras y al exilio forzoso en el caso de las segundas consolidaron la victoria de las tesis rupturistas. En ese contexto, finales del S. I y la centúria siguiente, surgen los primeros textos cristianos (Evangelios canónicos y los ápocrifos, los hechos de los apóstoles, la llamada "Epístola de Barrabás" o los escritos de los primeros apologistas y padres de la Iglesia cristianos donde se atacará al Judaísmo y se pondrán las bases ideológicas y doctrinales de la judeofobia cristiana:

1) El mito de la culpabilidad judía en la crucifixión de Jesús: recogido en los Evangelios y posteriormente justificará la acusación de Deicidio contra el pueblo judío. Esta acusación de deicidio es formulada por vez primera por Melitón, Obispo de Sardis, hacía el año 150 de la EC. Téngase en cuenta la gravedad de tal acusación: en un mundo teocrático como el de la tardía antigüedad y el medievo esta era la peor acusación posible, la de matar a Dios, porque te situaba fuera de la humanidad (que se basaba en las leyes de Dios) y fue la acusación que la iglesia triunfante a partir de finales del siglo IV repitió contra el pueblo judío a lo largo de los siglos para conseguir su demonización entre la sociedad cristiana.

2) La idea del Viejo y el Eterno Israel: el pueblo judío sería el Viejo Israel, incapaz de entender las escrituras, y la Iglesia y el "populus christianus" sería el Israel eterno, el verdadero pueblo de Dios, capaz de entender las escrituras, de ver el "Antiguo Testamento" como unos textos alegóricos que prefiguraban y completaban  los Evangelios Cristianos y anticipaban la misión evangelizadora de la iglesia, la verdadera depositaria del pacto con Dios. Orígenes (S.III), uno de los padres de la teología cristiana y uno de los fundadores de la comunidad cristiana de Alejandría defendía esa idea.

3) La Iglesia triunfante frente a la Sinagoga en decadencia: como la Iglesia era el verdadero Israel y en los Evangelios se concentraba el mensaje del Monoteísmo ético, ésta era la elegida por Dios y por tanto los judíos al no reconocerla eran merecedores de todas sus desgracias como un castigo divino. Esta idea fue expresada en la obra del apologista Justino "El Diálogo contra Trifón" a finales del siglo II.

4) La Iglesia como obra de Dios y el Judaísmo como obra del Demonio: esta idea fue lanzada por el cristiano gnóstico Marción, quien quiso expurgar los textos cristianos de "influencias judías" y eso provocó que tuviera lugar una primera fijación del canon neotestamentario cristiano. Aunque posteriormente las ideas de Marción fueron consideradas como heréticas, esta sobrevivió de manera no oficial y por ejemplo fue plasmada en sus sermones por uno de los grandes padres de la iglesia oriental, Juan Crisóstomo (II mitad del siglo IV y primeros años del V).

Obviamente, estas ideas encubrían y justificaban el hecho de que la iglesia se había adueñado para sí de los valores del monoteísmo ético y del mesianismo expresados en la Bíblia Judía (la Torah y el Tanaj) y además para justificar esa apropiación negaba que estuvieran presente en la tradición judía a la que acusaba de no haber entendido las escrituras, de no tener un mensaje de salvación universal (si lo tiene, véanse las leyes Noájidas) e incluso de ser un instrumento satánico en sus voces más extremas y radicales.

A partir del siglo IV, con los edictos de Milán (312 EC) y de Tesalónica (381), la posición del cristianismo en el seno del imperio deja de ser marginal e incluso sujeta a persecuciones - la más conocida fue la promovida por los emperadores Diocleciano y Galerio a inicios del siglo IV-  para convertirse en hegemónica. El Tratado de Milán, bajo los emperadores Licinio y Constantino I, no sólo permitió la legalización del Cristianismo en la sociedad romana sino que le dio un impulso decisivo con la celebración de concilios para definir su dogma, mayor insititucionalización de la Iglesia e incluso adopción de ese credo por la familia imperial. Tras más de medio siglo de apoyo del estado romano al Cristianismo, el revival paganizante del emperador Juliano (361-363) fracasó rotundamente y finalmente el papel hegemónico del Cristianismo como religión oficial del estado romano se plasma de manera definitiva y sin la opción de una vuelta al pasado pagano con el Edicto de Tesalónica (381) del emperador Teodosio I. 

A partir de ese momento, el Cristianismo se convierte en la religión oficial del estado romano y por tanto la Iglesia presionó al estado para que éste adoptase en su código civil su visión judeofóbica del mundo. A lo largo del siglo V y de las centurias siguientes se prohibe a los judíos ocupar cargos públicos, la práctica de determinados oficios, la posesión de tierras y se les intenta convertir forzosamente al Cristianismo tanto en la Europa occidental post-romana o en el imperio romano de Oriente o Bizantino. Veamos algunos ejemplos: las persecuciones religiosas en la Galia de los merovingios o en la Hispania visigoda durante el siglo VII - tras la unificación religiosa del reino en el Catolicismo gracias al III Concilio de Toledo (589)-, la prohibición de estudiar el Talmud decretada por el emperador Justiniano I (527-565) o el edicto de conversión forzosa al Cristianismo decretado por el emperador Heraclio I en el año 630 después de su larga victoria contra los persas en la que llegó a masacrar a los judíos de Jerusalén en el 627 por el apoyo que éstos habían brindado anteriormente a los persas.

En los siglos siguientes, las iglesias católica y ortodoxa seguirán presionando al estado para que adopte las medidas judeofóbicas legisladas en sus concilios. Uno de los ejemplos más conocidos fue el del pontífice Inocencio III, el último gran papa defensor de las ideas de la teocracia pontifical, quien presionó a las monarquías feudales de Occidente para que adoptaran las medidas judeofóbicas del IV Concilio de Letrán (1216): obligación a los judíos de vivir en barrios separados (de ahí nacerá el concepto de Ghetto), de vestir con la famosa rodela como prenda identificativa, de recibir a frailes en las sinagogas y escuchar sus sermones, de ser vetados en los gremios y en los oficios públicos...

Precisamente, esa tentativa de prohibir el ejercicio de cargos públicos y de los oficios gremiales a los judíos, además de prohibirles la posesión de tierra (para evitar que esas tierras dejaran de pagar el diezmo eclesiástico) provocará que la Iglesia ponga las bases de la judeofóbia de carácter económica al obligar a los judíos a actuar como prestamistas, pues la usura estaba prohibida para los cristianos. Así la iglesia consiguió estigmatizar más si cabe a los judíos entre la sociedad cristiana, presentándolos como tacaños y ávidos por el dinero. No fue en vano. Con los pogroms muchos cristianos evitaban pagar las deudas que había contraído con sus vecinos judíos.

La iglesia no sólo promovió una demonización del pueblo judío desde un punto de vista teológico y económico, sino también intelectual. El objetivo era vacíar el Judaísmo de su contenido ético y de su sabiduría para presentarlo como una serie de textos màgicos, sin sentido, que ofendían a la religión cristiana y a sus principales protagonistas. En ese sentido hay que mencionar las famosas controversias del Talmud (como la de Barcelona de 1263) o las acusaciones de brujería o de los libelos de sangre, que sirvieron para justificar muchos pogroms por todo el continente europeo.

De hecho, la consecuencia de toda esa predicación judeofóbica de la Iglesia fueron pogroms y expulsiones. Los pogroms fueron importantes especialmente en épocas de mayor celo religioso, como los que tuvieron lugar en 1096 por el norte de Francia, la cuenca del Rhin y la Europa central al calor de la primera cruzada, o en períodos de profundas crisis políticas y econónicas, como los del año 1391 en la península Ibérica. En cuanto a las expulsiones fueron abundantes por toda Europa, como en Inglaterra en el siglo XIII, en Francia en el siglo XIV o en los reinos penínsulares hispánicos a finales del siglo XV. De hecho, en la península ibérica se da una situación única, que es la pervivencia de una fuerte judeofobia en unos reinos oficialmente sin judíos desde 1492. Esa judeofobia se manifestará contra los conversos o cristianos nuevos y será incentivada por la inquisición hasta bien entrado el siglo XIX.

Las corrientes reformistas del Cristianismo, como por ejemplo los protestantes luteranos, tampoco se libraron de la judeofóbia pese a su ruptura con los católicos. Lutero, en su obra Von der Juden und Ihren Lügen (sobre los judíos y sus mentiras), pone las bases de la judeofobia protestante. Es más, el gran enraizamiento de la judeofobia en la sociedad europea provocó que esta forma de odio mutase en el siglo XIX hacía una judeofobia psuedo-cientifica y racista cuando el avance del laicismo y de la secularización había avanzado a lo largo del continente con el consecuente desprestigio de la judeofobia de carácter religioso. Este tipo de judeofobia - conocida con el nombre de Antisemitismo- nos llevará directamente hacía la estación de Auschwitz - Birkenau y hacía la tentativa de genocidio del pueblo judío por parte de los nazis durante la II Guerra Mundial.  Posiblemente, sin siglos de adoctrinamiento judeofóbico de la sociedad europea por parte de sus líderes políticos y religiosos, nunca se hubiese llegado a la brutalidad genocida nazi. De hecho, en la actualidad, la judeofobia ha encontrado un nuevo filón para aparecer nuevamente en Europa y con respetabilidad disfrazándose con ropajes antisionistas y de simpatía con la causa palestina.


En conclusión: el crucifijo es un símbolo de la cultura cristiana y no de la cultura judía y el termino de cultura judeo-cristiana me parece incorrecto porque el Cristianismo no representa una continuidad con el Judaísmo sino una ruptura total. En ese proceso de ruptura, el Cristianismo pondrá las bases de la judeofobia de carácter religioso, económico e intelectual que moldearán la psiqué de la sociedad europea durante siglos hasta el punto de que la judeofobia no desaparecerá de Europa con el laicismo, la secularización y la extensión de los derechos de ciudadanía por todo el continente europeo a lo largo del siglo XIX. Al contrario, la judeofobia sobrevivirá y se mutará en un tipo de judeofobia pseudo cientifica y racista que pondrá las bases de la Shoah. Tras la II Guerra Mundial, la judeofobia nos ha demostrado nuevamente su capacidad de adaptación a los tiempos y actualmente se disfraza en muchos casos de antisionismo y de supuesta critica a las políticas o a la mera existencia del estado de Isael. Por tanto, durante los últimos dos mil años, la sociedad y la cultura europea no se pueden entender sin su elemento judío pero siempre se han manifestado contra él, haciendo de la judeofobia uno de sus principales puntales ideológicos hasta el día de hoy. A pesar de que en las últimas décadas, la Iglesia ha pedido perdón por su promoción de la judeofobia y se ha iniciado un fructifero debate interreligioso, creo que no es correcto hablar de cultura judeo-cristiana.




PD . Me gustaría dedicar este texto al Dr. D. José Fernández Ubiña, profesor de Historia Antigua en la UGR. Sus clases de las asignaturas Historia del Judaísmo y del Cristianismo y Antigüedad Tardía me dejaron un grato recuerdo y disfruté muchísmo en sus clases.
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17 comentaris:

A. ha dit...

Gracias; un buen resumen de 2000 años…

Creo que el concepto “judeo-cristiano” es útil como concepto estructuralista, por oposición a lo no-judeocristiano (lo oriental, lo musulmán, lo animista…); hay factores comunes que distinguen culturalmente de las culturas de extremo oriente, del politeísmo hindú...

Pero, ¿por qué? Los cristianos no tienen un gen antijudío; ni los judíos un gen anticananeo o antiamorreo o antijebuseo (bueno, toda la gente del Deuteronomio).

Si hubiera un poco más de luz desde la antropología o la sociología, quizás podría gestionarse mejor en el futuro.

A.

Jaume ha dit...

Estimado A., de nada. Para mi ha sido un placer escribir sobre temas históricos. Me encanta jeje.

Dices: "Creo que el concepto “judeo-cristiano” es útil como concepto estructuralista, por oposición a lo no-judeocristiano (lo oriental, lo musulmán, lo animista…); hay factores comunes que distinguen culturalmente de las culturas de extremo oriente, del politeísmo hindú... ". Pienso que el Islam podría incluirse en el saco porque forma parte de las llamadas religiones abrahámicas y al igual que el Cristianismo, el Islam también se apropia para sí del Monoteísmo ético de la Torah y del Tanaj pero atribuyendolo al Corán. Incluso hay historiadoras como Patricia Crone, experta en la arabia pre-islámica y en el Islam primitivo, que afirman que Mahoma intentò presentarse como el Mesías ante la comunidad judía de Medina para que lo apoyaran y que sus enseñanzas estaban mucho más cercanas al Judaísmo que las que reflejan la tradición islámica en el Corán, cuya canonización definitiva se realiza en la época de los omeyas, las biografías del profeta o los hadith. Pienso que el Cristianismo supone una ruptura con respecto al Judaísmo y no sólo eso sinó que para justificarla la iglesia construye toda una argumentación antisemita que culturalmente ejercerá una gran influencia en Europa durante muchos siglos.

Obviamente, la judeofobia no es algo genético sino cultural. Y te propongo un experimento que yo hice en Granada para convencerme totalmente de que este país era profundamente antisemita, pues lo sospechaba pero mis amigos me decían que no, que eran paranoias mías y que yo exageraba. Ponte un colgante con un Maguén David o cualquier otro símbolo judio (una menorah, un "jai") y paseate con él por tu ciudad durante algunos meses y verás como algunos colegas, conocidos o incluso gente que no conoces que te mira raro. Recuerdo que una vez en Granada, comprando un falafel, un tio me preguntó todo extrañado: ¿veo que llevas una estrella de David, eres judío?. Explicado así no tiene gracia, pero tendrías que haber visto su cara, me miraba como si yo fuera ET o Alf... Y obviamente, ese tio no nació genétícamente con ideas antisemitas...

Espero equivocarme, pero me da la impresión que detrás de la idea de cultura judeo-cristiana en ocasiones se esconde un afan de acriticismo con la judeofobia de cariz cristiana y de un cierto paternalismo cristiano ante el pueblo judío. Saludos!

Hasbarats ha dit...

Molt bo, l'article. Extraordinari. Moltíssimes gràcies.

De tota manera, estic d'acord amb A. en l'utilitat del concepte "judeo-cristià" com a eina per entendre els orígens d'Europa i del món occidental, als quals hem d'afegir la influència greco-romana.

Més enllà de les diferències religioses (fruit d'una escissió que expliques molt bé), i de vint segles de persecucions, mentides i odi, l'essència de l'Europa contemporània duu la impromta de la influència jueva en tots els àmbits culturals, econòmics, intel·lectuals, artístics i polítics.

L'actual estat d'Israel no s'entendria sense Europa i Europa no se sostindria sense l'Estat d'Israel, de la mateixa manera que la terra no se sostindria sense la lluna. Esperem que els temptats a demostrar el contrari no se'n surtin.

A. ha dit...

Colgante no; voy con camisa y corbata y además nunca he llevado ni crucifijos ni medallas ni nada. Pero unos gemelos con la estrella de David pueden estar bien; ya os contaré.

Independientemente de ello, sí he visto cronologías minuciosas de leyes y episodios sobre lo malos que han sido diversos poderes con los judíos a lo largo de la historia, lo malos que son los medios europeos y especialmente los españoles (y marcadamente, Eugenio García Gascón) , pero no un análisis del porqué de todo eso, y mucho menos una autocrítica serena (digo serena, no salidas de tono como las de Norman Finkelstein). Estudios sobre, por ej., la endoculturación (con sus pros y sus contras), o bien dogmas sociológicos tipo “un poder no permitrá que prospere otro poder que pueda –ni siquiera remotamente- hacerle sombra”, o bien el estudio de la judeofobia como episodio del “odio al otro”, o bien estudiar si la presentación ante el otro diciendo “yo soy el Pueblo Elegido (y tu no)” es un buen comienzo.

Sigo buscando…

A.

Jaume ha dit...

Una aclaració prèvia, en el meu missatge anterior vaig dir que la judeofobia no és genética sinó cultural. Em referia a que la judeofobia, al igual que el racisme i la xenofóbia, és un tipus d`intolerància envers el poble jueu, la seva religió o la seva cultura. A més a més, com tota intolerància és irracional perquè no es basa en fets sino en tòpics arrelats.

Jaume ha dit...

Amics de Hasbara-ts, moltes gràcies pel vostre comentari. Potser jo havia interpretat malament el concepte de "tradició judeo-cristiana" perquè sempre he vist per una banda la cultura jueva i per l`altra la cultura cristiana com a com a cultures independents tot i tenir alguns nexes comuns. Però crec que és encertat el vostre punt de vista: la cultura europea no s`entendria sense les grans aportacions en tots els camps: cultural, filòsofic, científic,... realitzades pel poble jueu al llarg dels segles i justament per això al meu texte parlava d`esquizofrenia europea perquè la civilització europea no es pot entendre sense les aportacions del poble jueu, sense el seu element jueu, però alhora sempre s`ha manifestat contra el poble jueu.

Totalment d`acord amb el que dieu sobre la relació existent entre Israel i Europa. Herzl, per exemple, havia estat un "maskil", un seguidor de les idees de la Haskalà fins que a París va veure clar que la judeofòbia no desapareixeria mai i va voler donar una solució a aquest problema des de un punt de vista nacional: tots els pobles tenen o lluiten per a tenir el seu estat i cal que el poble jueu també el tingui a la seva terra ancestral per a poder acabar amb aquesta condició d`extrangers a totes les nacions europees. Per altra banda, molts europeus manifestem d`alguna manera en el conflicte israelo-palestí les nostres simpatíes o no envers el poble jueu o la cultura jueva. Generalment, els individus que tenen simpatía per la cultura jueva seran més aviat pro-israelians i els que la veuen amb recel tindrán una major simpatia cap a la causa palestina. No vol dir que tothom es basi en aquestes coordinades i que sigui l`únic factor però si que en ocasions hi juga un paper important. Salutacions!

Jaume ha dit...

jejeje, A., con lo del experimento (mejor olvidarlo jeje) quería expresar la siguiente idea: a cualquier persona que sienta interés por la cultura judía, por el hebreo, por el moderno estado de Israel (independientemente de que sea o no judío), si habla de ese interés con algunos de sus amigos, conocidos y gente de su entorno puede darse el caso de que a la larga para ese entorno se acabe convirtiendo en "el judío". Sin embargo, si tu muestras interés por la cultura griega clásica o bizantina, estudias griego moderno y por ejemplo te interesa el conflicto de Chipre entre griegos y turcos, tus colegas y conocidos te podrán considerar un friki pero no te considerarán ni griego, ni chipriota. En este sentido, te comento una anécdota, la pasada semana tuve la oportunidad de esuchar al periodista y escitor Vincenç Villatoro en una tertúlia y él comentó que si preguntas el nombre de intelectuales judíos catalanes a la gente, muchos te responderán: Pilar Rahola, Joan B. Culla y él mismo, cuando en realidad ninguno de los tres son judíos. Ese "plus" que se da con los judíos y no se da con otros pueblos -como el ejemplo que te puse antes con los griegos- pienso que está relacionado con la pervivencia de una serie de clichés relacionados con las varias formas de expresión judeofóbicas a las que me referí en mi texto. Desgraciadamente, no he podido leer estudios sociológicos sobre la judeofóbia y sus causas. Si he leído obras de historia de la judeofobia. Para mi, la mejor -aunque clásica- sigue siendo la de Poliakov. Saludos!

Lior ha dit...

Gràcies i amén a tots!
Jo tinc el meu pin amb la bandera d'Israel i alguna samarreta amb la mateixa decoració, i, realment, segons quines mirades esparveren!! T'entenc Jaume. Però, les penso seguir portant!
Ara, però, m'ha quedat un dubte; diu A que és senyor de camisa i corbata, i com que jo sóc de bermudes a quadres, xancletes, gorra de beisbol amb la visera al clatell i la samarreta imperi, que la porto penjada del cinturó, només me la poso si veig la guàrdia urbana acostant-se'm, no sé si a partir d'ara l'he de tractar de vós com al capità?

A. ha dit...

Per a Lior:

No cal que em tractis de Vos. La camisa i corbata són una una disfressa per anar a la feina; per anar a la platja em disfresso d'una altra manera.

Ara bé (en dues paraules, no t'estic dient árabe):

- si portes un PIN sense camisa, no és un pin sinó un PIERCING.

- una decoració jueva no és exactament igual a una decoració clarament vinculada a l'estat d'Israel. Em va dir el meu pare que al temps d'en Franco deixaven portar la Moreneta al cotxe, però no la C de Catalunya.

- veig que portes un look similar a la gran majoria d'israelians assentats (en el bon sentit de la paraula) a Barcelona (cobre tot, barri de la Barceloneta) i que solen ser hippies surferos peluts ecologistes que només mengen macrobiótic.

A.

Lior ha dit...

A
Dubto que els nostres benvolguts enemics facin gaires deiferències entre simbologia jueva i israeliana.
Servidor ni és hippie ni surfer, però és, com el nostre amic Jaume, vegetarià.

Jaume ha dit...

Estic d`acord amb l`opinió del nostre amic Lior: per a molts antisionistes no hi ha distinició entre símbols israelians i jueus. Un exemple recent. La CUP-Reagrupament de Girona va indicar que retallaría les subvencions que l`Ajuntament concedía al patronat del call i a la llibrería del call. La retallada contra la llibería es justificava dient que no es dedicaven a difondre temes relacionats amb la cultura jueva sinó a fer apología de l`estat d´Israel. Per tant aquestes mesures de la CUP es dirigien contra el patronat del call i contra la llibreria però ho volien justificar amb una suposada apología de l`estat d´Israel quan en realitat l`única cosa en comú que tenen el patronat del call gironí i Israel és el nexe jueu. Salutacions!

Jaume ha dit...

amic A.: no he tingut l`oportunitat de conèixer israelians a Barcelona en les meves darreres visites a la ciutat comptal però si vaig conèixer a quatre xiques israelianes a Granada que estaven estudiant castellà. Certament,aquestes noies si que eren bastant hippies, una amb rastes incloses jeje.

Un aspecte que em va cridar molt l`atenció és que a més a més viatjaven molt. Una d`elles em va explicar que l`any anterior havia estat d`any sabàtic després del servei militar i havia viatjat per tot sudàmerica. Aquest estiu, aprofitant la meva estada a Israel, vaig enviar-li un email per a dir-li que quedessim a Jerusalem i em va respondre que estava a l`India!!! Salutacions!

Lior ha dit...

Jaume, aquesta mossa et convé... A veure si l'enxampes quan torni de la Índia. :-)))

Jaume ha dit...

jejeje Lior, imagino que a hores d`ara ja ha tornat a Jerusalem perquè estudiava a la Universitat Hebrea de Jerusalem. Vaig conèixer a aquesta noia a finals de Juny d`ara fa tres anys i vam fer un intercanvi hebreu-castellà, és a dir, jo li donava un cop de mà amb el seu castellà i ella m`ajudava amb el meu hebreu incipient. És una xiqueta genial, super guapa, super simpàtica i super agradable, tot i la distància, intento mantenir de tant en tant el contacte amb ella (per felicitar-li els aniversaris i Purim, la seva festa favorita) i també ho intento amb les meves amigues d´ultramar. Tens raó, aquesta mossa era un partit interessant ;)

Rodolfo Plata ha dit...

LAS RAICES CRISTIANAS DE EUROPA: El cristianismo en las provincias greco romanas se inició como un movimiento laico: La Epístola apócrifa de los Hechos de Felipe, expone al cristianismo como continuación de la educación en los valores de la paideía griega, que tenía como propósito educar a la juventud en la virtud (desarrollo de la espiritualidad) y la sabiduría (cuidado de la verdad), mediante la práctica continua de ejercicios espirituales (cultivo de sí), a efecto de prevenir y curar las enfermedades del alma El educador utilizando el discurso filosófico, más que informar trataba de inducir transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la sociedad, motivando a los jóvenes a practicar las virtudes opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma, a efecto de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos). El apóstol Felipe introdujo en los ejercicios espirituales la paideia de Cristo a fin de alcanzar la trascendencia humana (patente en Cristo) y la sociedad perfecta (Reino de Dios). A partir de entonces, los pueblos helénicos tomando a Cristo como ejemplo de lo que es la trascendencia humana, lo siguieron no como Dios, sino como hombre, a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta; por ello lucharon por helenizar el cristianismo estructurando la fe conforme a la razón. Tarea a la que se avocaron: San Basilio, San Gregorio, San Agustín y San Clemente de Alejandría (utilizando el pensamiento de los filósofos greco romanos: Aristóteles, Cicerón, Diógenes, Isócrates, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,),. Lo cual propició el choque entre culturas ante la oposición radical e intransigente de los príncipes de la sinagoga al uso de la razón en cuestiones sagradas tendente a evitar que se helenizara el cristianismo para mantenerlo sujeto a la Sinagoga. Desde entonces el talón de Aquiles de la doctrina de la Iglesia ha sido el profetismo judío y el fideísmo bíblico, al abrogar la enseñanza sobre el uso de la razón en cuestiones de fe que Cristo había revelado metafóricamente al ciego de nacimiento (Jn IX, 39), para hacer un juicio justo de nuestras creencias a fin de encontrar la verdad que nos liberara de las falsas certezas de la fe que nos mantienen ciegos__ Provocando en los pueblos cristianos la estulticia generalizada y la entronización del oscurantismo, al olvidar las raíces helenistas de nuestra cultura; lo cual ha convertido las Iglesias en sinagogas, los sacerdotes en rabinos, los cristianos en siervos del gobierno mundial judío, y el judeo cristianismo en religión basura. Así el movimiento cristiano dejó de ser laico y dejó de perseguir los fines últimos de la educación en la paideía; y por ello, no hemos alcanzado la sociedad perfecta ni la trascendencia humana. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD

Jaume ha dit...

Rodolfo: el Cristianismo nació como un grupo dentro del Judaísmo pero acabó separándose de él en un proceso que duró varios siglos y que detalló con cierta amplitud en el texto. En ese proceso de separación, el hecho de buscar prosélitos entre los gentiles del mundo grecorromano sin la necesidad de pasar por el Judaísmo fue clave y obviamente los principales filósofos cristianos, apologetas y padres de la iglesia promovieron una total helenización del Cristianismo porque aspiraban a hacer proselitismo entre paganos del mundo cultural grecorromano. La Sinagoga, como tú dices, tenía entonces sus propios problemas: se había perdido la soberania politica, el Templo y el Judaísmo había iniciado una importante evolución con la desaparición del templo y de corrientes características del Judaísmo del II Templo como la de los seduceos y la redacción de la Mishnah y la Guemará por escrito durante los siglos III-VII d.e.c. Se ponían así las bases del Judaísmo rabínico, que, con sus multiples variantes (ortodoxa, masortí, progresista) ha sido la hegemónica hasta la actualidad.

La "Sinagoga" en ningún caso quiso retener al Cristianismo cuando vio que éstos desbordaban el ámbito judío. Es más, tuvo que afrontar el proselitismo cristiano por una parte y defenderse de las acusaciones cristianas comentadas en el texto que son la base de la judeofóbia cristiana. Por tanto, el proceso no va de una helenización a una judeización del Cristianismo como tu dices sino al revés, de un origen plenamente judìo a una progresiva helenización antes y especialmente tras su ruptura con el Judaísmo.

No existe ningún gobierno mundial Judío. Eso es un tópico judeofóbico y al mencionarlo tu comentario adquiere un carácter judeofóbico y conspirativo. Saludos!

Rodolfo Plata ha dit...

BREVE CRÍTICA AL PROFETISMO JUDÍO DEL ANTIGUO TESTAMENTO: La relación entre la fe y la razón expuesta parabolicamente por Cristo al ciego de nacimiento (Juan IX, 39), nos enseña la necesidad del raciocinio para hacer juicio justo de nuestras creencias, a fin de disolver las falsas certezas de la fe que nos hacen ciegos a la verdad mediante el discernimiento de los textos bíblicos. Lo cual nos exige criticar el profetismo judío o revelación para indagar “si es verdad o es mentira” que los textos bíblicos son palabra de Dios. Enmarcado la crítica en el fenómeno espiritual de la trasformación humana y, las ciencias y técnicas que nos ayudan a desarrollarnos espiritualmente. Abordado por la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, conceptualizadas por los filósofos griegos y los místicos hindúes. Sabiduría védica instruida por Buda e ilustrada por Cristo, la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las respuestas que la ciencia ha dado a los planteamientos trascendentales: (psicología, psicoterapia, logoterápia, desarrollo humano, etc.). Utilizando los principios universales del saber filosófico y espiritual como tabla rasa, a fin de deslindar y hacer objetivo lo “que es” o “no es” del mundo del espíritu. Método o criterio que nos ayuda a discernir objetivamente __la verdad o el error en los textos bíblicos analizando los diferentes aspectos y características que integran la triada preteológica: (la fenomenología, la explicación y la aplicación, del encuentro cercano escritos en los textos bíblicos). Vg: la conducta de los profetas mayores (Abraham y Moisés), no es la conducta de los místicos; la directriz del pensamiento de Abraham, es el deseo intenso de llegar a tener una descendencia numerosísima y llegar a ser un país rico como el de Ur, deseo intenso y obsesivo que es opuesto al despego de las cosas materiales que orienta a los místicos; es por ello, que la respuestas del dios de Abraham son alucinaciones contestatarias de los deseos del patriarca, y no tienen nada que ver con el mundo del espíritu. La directriz del pensamiento de Moisés, es la existencia de Israel entre la naciones a fin de llegar a ser la principal de todas, que es opuesta a la directriz de vida eterna o existencia después de la vida que orienta el pensamiento místico (Vg: la moradas celestiales, la salvación o perdición eterna a causa del bien o mal de nuestras obras en el juicio final de nuestra vida terrenal, abordadas por Cristo); el encuentro cercano descrito por Moisés en la zarza ardiente describe el fuego fatuo; el pie del rayo que pasa por el altar erigido por Moisés en el Monte Horeb, describe un fenómeno meteorológico; el pacto del Sinaí o mito fundacional de Israel como nación entre las naciones por voluntad divina a fin de santificar sus ancestros, su pueblo, su territorio, Jerusalén, el templo y la Torah; descripciones que no corresponden al encuentro cercano expresado por Cristo al experimentar la común unión: “El Padre y Yo, somos una misma cosa”, la cual coincide con la descrita por los místicos iluminados. Las leyes de la guerra dictadas por Moisés en el Deuteronomio causales del despojo, exterminio y sometimiento de las doce tribus cananeas y del actual genocidio del pueblo palestino, hacen evidente la ideología racista, criminal y genocida serial que sigue el pueblo judío desde tiempos bíblicos hasta hoy en día, conducta opuesta a la doctrina de la no violencia enseñada por Cristo __ Discernimiento que nos aporta las suficientes pruebas objetivas de juicio que nos dan la certeza que el profetismo judío o revelación bíblica, es un semillero del mal OPUESTO A LAS ENSEÑANZAS DE CRISTO, ya que en lugar de sanar y prevenir las enfermedades del alma para desarrollarnos espiritualmente, enerva a sus seguidores provocándoles: alucinaciones, estulticia, delirios, histeria y paranoia; propiciando la bibliolatría, el fanatismo, la intolerancia, el puritanismo hipócrita, el sectarismo, e impidiendo su desarrollo espiritual.

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